Cerveza que "sepa a cerveza"
- charliechelasblog
- 6 may 2020
- 1 Min. de lectura
La primera vez que convencí a mi padre de comprar dos latones de Stout, además de que casi me la mienta por el precio, al tomarla directo del envase hizo la misma cara que cuando vio mi corbata chueca en mi graduación.
Poco tiempo después, pidió la misma cerveza en un bar de alitas: “Que viene la mesera, que abre la lata y ¡Zum, cabrón!, que la echa de golpe al vaso…” dijo mi padre en el tiempo en que él creía que servir una chela con espuma era una falta de respeto. “Quería decirle que lo que me estaba dando era un chocomilk, pero me dio pena. Ya que se asentó la espuma, la probé… y no mames…”

Para los que conocemos bien a mi padre, el que diga “No mames” mientras prueba algo (comida o bebida) puede significar muchas cosas, pero todo depende de la cara que haga.
Si es de indiferencia, quiere decir que aquello es probablemente una decepción.
Si es de asombro, quiere decir que superó sus expectativas.
Y así sucesivamente, pasando por lo muy bueno, lo rico, hasta llegar a la expresión que difícilmente se ve: La cara de “extraordinario”.
Mientras me contaba esta historia, su “No mames” era claramente de tipo 2, aquel que lo convenció de que había más que cerveza “oscura y clara”, de que es necesario que la cerveza haga algo de espuma al servirse y de que ya nunca iría a un bar para pedir cerveza que “si sepa a cerveza”.
Así es como nacieron los “No mames”, las estrellitas que les doy a cada chela que me tope y tenga el placer de compartir contigo.
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